Reconstruir la realidad hoy, proyectarla, recrearla a través de fotogramas, cuando a cada instante nos asaltan millones de imágenes en cualquier ámbito de nuestra vida cotidiana, no es una tarea ardua. No. Es sencillamente inútil.
Depurar la mirada, filtrar el sentido, detenerse por un momento y aislar la conjugación de la luz y de las sombras para obtener con ello el sello de un recuerdo o un impacto estético o moral. . . resulta igualmente inútil.
Este sitio es un homenaje a la inutilidad.

En ocasiones, lo inútil se presenta revestido con forma de proyecto. Trampa actual, por la que si no hay una capacidad de articular un conjunto de imágenes atadas por un hilo conductor, el dichoso relato, no hay espacio a la consideración; como si la realidad tuviera un argumento lineal, pomposo, directo.
En otras ocasiones, es suficiente con una sola imagen, un único fotograma, normalmente preñado de un sentido tan particular que puede resultar de la misma forma inútil, precisamente por su pertenencia a un lenguaje privado y aislado.

No hay un fin, no hay una preocupación, ni tácita ni expresa, de excelencia fotográfica.

Hay un paseo por la mirada. Desde dentro y desde fuera de los ojos. De los míos. De los tuyos.